Muerte y resurrección
Acabo de dejar a Luca con Lida. Me quedan tres horas por delante. Por mi cabeza pasan todas las cosas que debo hacer y al mismo tiempo, una gran pulsión presiona mi cuerpo a punto de esparramarse. Intento aquietarme y me pregunto qué necesito. Subo al cuarto de invitados. Abro el escritorio de tesoros. Saco…